Mujeres sobre ruedas: el arte de aprender a levantarse en cada caída

El patinaje sobre ruedas definitivamente no es un deporte exclusivo de hombres y en Cuernavaca, Morelos, mujeres a las que les encanta rodar sobre ocho ruedas lo saben. María Antonieta de la Rosa, artista visual y profesora de artes, contó cómo descubrió, hace casi dos años, su amor por el

14 de ago. de 20243 minutos de lectura

El patinaje sobre ruedas definitivamente no es un deporte exclusivo de hombres y en Cuernavaca, Morelos, mujeres a las que les encanta rodar sobre ocho ruedas lo saben.

María Antonieta de la Rosa, artista visual y profesora de artes, contó cómo descubrió, hace casi dos años, su amor por el llamado roller skating.

Desde entonces forma parte de las Roller Bunny Babes, un grupo de mujeres en patines que cada semana se apropia de las calles de la capital morelense.

“Yo las conocí a ellas en este mismo lugar que antes era la skate school y las conocí porque mi hermana comenzó a patinar con patineta y a ella le empezaron a enseñar y me dijo ‘oye, deberías de ir a conocer el lugar’ y cuando las conocí a ellas y vi como que todas se apoyaban para aprender cosas nuevas, me sentí como parte de algo y fue muy bonito”, contó María Antonieta.

Algunas de las Roller Bunny Babes se sumaron al grupo en medio de la pandemia.

El patinaje sobre ruedas es un deporte integral que incluso funciona como un excelente antidepresivo.

“Es un deporte que te obliga todo el tiempo a adaptarte, entonces realmente creo que es un excelente antidepresivo porque generas mucha felicidad al estar acompañada, con tus amigos, haciendo cosas increíbles, celebrando todos los logros y haces ejercicio.

“De hecho cuando nosotras platicamos de por qué estábamos patinando, muchas sacamos como a relucir que estábamos pasando por momentos muy difíciles en nuestras vidas porque, además, esto sucedió en pandemia, muchas empezaron a patinar en pandemia, yo más o menos como a finales de la pandemia, pero ya se tenía el rezago de la pandemia y como que todas estábamos buscando como amalgamar y acuerpar, entonces ahora es muy bonito”, dijo.

Salwa Monsivais, políglota, descubrió hace dos años y medio su amor por el roller skating.

“Yo inicialmente empecé a patinar porque después de la pandemia subí mucho de peso, me costó mucho trabajo agarrar otra vez un ritmo y patinar, además de mejorar mi salud mental y corporal, física, pues, también está ayudando a otras personas a acompañarnos”, expresó.

Y es que este deporte ha sumado al empoderamiento de las mujeres en la Ciudad de la Eterna Primavera.

“En Cuernavaca las mujeres somos una sociedad organizada y además tenemos la conciencia en que si nos unimos y hacemos comunidad tenemos posibilidades de tener una vida más alegre, acompañándonos en el proceso de nuestras vidas y haciendo un deporte

“Nosotras nos organizamos, no estamos solas, nos vamos en conjunto y nos hacemos notar y tomamos los espacios, sean hombres, mujeres o quimeras, vamos ahí a tomar los espacios. La patinada es una gran muestra de resilencia”, expresó Salwa.

La principal enseñanza que el roller skating les ha dejado es contar con la capacidad de levantarse tras cada caída.

“Es una actividad que las va a poner muy contentas y con el corazón abierto, y creo que entrenar para los golpes, para las caídas, para los cambios, o sea, todos los patinadores sabemos que el 80 por ciento de las veces nos estamos cayendo y que tienen que superar un golpe y levantarte y seguir y creo que ésa es una gran filosofía de vida, además es asombroso conocer tu cuerpo y sus limites”, comentó María Antonieta.
“Te vas a caer, no hay forma en la que no te caigas, pero puedes aprender a caer bien y eso es también una filosofía personal: me voy a caer, pero voy a tener las herramientas suficientes para caer bien”, dijo Salwa.

Así, rodar sobre patines más que un simple deporte se convierte para muchas mujeres en un estilo de vida.

“Es un proceso personal no compararse con nadie, si algo te hace moverte y si algo amas, hazlo, sin miedo al que dirán, sin miedo a caerte y pues a veces duele, no es sencillo, pero hay mucho, mucho qué ganar, hay mucho más que ganar que perder en estos deportes y las invito a todas a animarse y a moverse y amarse
“Esta colectividad que hemos encontrado, que yo represento hoy, a Roller Bunny Babes, nos hace sentir vivas, nos hace sentir acompañadas y creo que es un derecho que todos tengamos acceso a acompañarnos de manera recíproca, sin intereses y con el mejor de los sentimientos por el bien común y el roller te da esa oportunidad”.

Para María Antonieta patinar es incluso una actividad artística.

“Es equiparable a una experiencia artística, es una experiencia cultural también, es una experiencia además deportiva, pero no nada más es deportiva, creo que el deporte tiene que englobar un desarrollo también espiritual y de comunidad y pues este deporte engloba todo esto”, dijo.

Y así, cada vez más mujeres se suman a la práctica de este deporte extremo, se aglutinan, se acompañan y juntas toman las calles como una acción de empoderamiento.