Existen muchos mitos sobre la leche y sus derivados, como que engordan, provocan alergias o deben evitarse.
En cuanto a los lácteos, existen varios mitos y realidades. Es común escuchar que la leche engorda, que provoca alergias o intolerancias, o que aumenta el riesgo de padecer ciertas enfermedades, pero muchos de estos son mitos.
La realidad es que la leche y sus derivados, desde el punto de vista nutricional, son alimentos básicos que aportan nutrientes. Contienen proteína de alto valor biológico y componentes que fortalecen el sistema inmune, cardiovascular y digestivo.
1. Es malo beber leche – FALSO
A menos que se padezca un problema de intolerancia a la lactosa o alergia a las proteínas de la leche, no se debe evitar su consumo.
La leche es uno de los alimentos más completos que existen: contiene todos los aminoácidos esenciales que necesitamos para sintetizar proteínas, contribuye a crear y desarrollar tejidos, y aporta el 60-70% del calcio recomendado en la dieta, así como vitamina D y fósforo, que favorecen su absorción y fijación al hueso.
Por ello, se recomienda aumentar su consumo durante la infancia, la adolescencia, el embarazo y a partir de la menopausia, cuando disminuye la densidad de la masa ósea.
2. Las personas intolerantes a la lactosa deben dejar de consumir lácteos – FALSO
Si bien las personas con intolerancia a la lactosa pueden experimentar molestias digestivas al consumir lácteos, no siempre es necesario eliminarlos por completo de la dieta.
La tolerancia a la lactosa varía de persona a persona, y muchas pueden consumir ciertas cantidades de lácteos sin problemas, especialmente aquellos con menor contenido de lactosa o que han sido fermentados.
3. La leche engorda – FALSO
La leche contiene aproximadamente 3.6 g de grasa por cada 100 g. Además, la grasa que contiene ayuda a transportar algunas vitaminas liposolubles, como la A y la D.
Lo que realmente puede aumentar de peso son los productos lácteos especialmente ricos en grasas, como quesos curados, nata, crema de leche y mantequilla, así como los azúcares y grasas añadidos a algunos productos industriales como flanes o yogures saborizados.
4. En los adultos, es mejor tomar leche semidesnatada que entera – VERDADERO
Sí, porque se reduce el aporte de grasa saturada en la dieta sin perder las vitaminas liposolubles A y D.
5. La leche sin lactosa es mejor – FALSO
La leche sin lactosa no es ni mejor ni peor que la leche normal. La lactosa no es buena ni mala; es simplemente un tipo de azúcar presente de forma natural en la leche.
6. La leche contiene antibióticos y hormonas – FALSO
Aunque los animales pueden ser tratados con antibióticos u otros medicamentos, en las granjas se extraen muestras para análisis de control de calidad. Si se detecta cualquier irregularidad, el producto se desecha y no se comercializa. Por ello, es muy importante comprar productos correctamente identificados que cumplan con la normativa sanitaria, lo que garantiza control de producción y trazabilidad.
Fermentados (mejores para digestión y microbiota)
Quesos frescos y bajos en sodio
Consumo ocasional
Los productos lácteos fermentados, madurados o procesados tienen cantidades mínimas o nulas de lactosa.
1. Quesos duros y muy maduros → casi toda la lactosa se degrada por el proceso de maduración:
Altos en sodio y grasas saturadas
2. Quesos frescos sin lactosa
3. Lácteos fermentados
4. Leches y bebidas
Para más información, consulta las redes de nuestra nutrióloga de cabecera, Ximena Francia:
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