Desde los tiempos de los antiguos mexicas, el maíz ha sido la base de nuestra alimentación.
El elote, conocido como el grano dorado, ha sido parte esencial de la dieta mexicana desde tiempos prehispánicos, ¡y ha tenido una evolución deliciosa!
Desde los tiempos de los antiguos mexicas, el maíz ha sido la base de nuestra alimentación. En sus inicios, el elote se preparaba con chile y epazote. Pero con la llegada de los españoles, le empezamos a añadir más ingredientes, como el limón y, más tarde, el queso.
En nuestro país, los elotes y esquites los encontramos prácticamente en cada esquina. Pero ojo, porque dependiendo del lugar, el nombre cambia: en Tampico le dicen trolelote, en Michoacán vasolote, en Aguascalientes chascas y en Monterrey elote en vaso.
La palabra elote proviene del náhuatl elotl, que se refiere a la mazorca tierna recién cortada de la milpa. México es rico en variedades, con alrededor de 64 razas de maíz.
Uno de los más conocidos es el elote cacahuazintle, famoso por su sabor dulce y su textura suave. Este maíz es riquísimo en carbohidratos complejos, β-carotenos y fibra. La fibra es especialmente importante porque ayuda a la digestión y combate el estreñimiento.
Además, el elote tiene un bajo contenido de grasa, por lo que se clasifica en el grupo de los carbohidratos, no en el de las verduras.
Si ya amabas el elote, aquí tienes algunas razones más para integrarlo a tu dieta diaria:
Ahora ya lo sabes, el elote no solo es un delicioso placer, sino también un alimento que aporta muchos beneficios a tu salud.
Así que la próxima vez que dudes en comerte unos esquites o elote con mayonesa, queso y chilito del que no pica, recuerda todos los beneficios y nutrientes que contiene y cómetelo sin culpa.
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