La medalla de bronce se la llevó la japonesa Misato Michishita, quien tenía más de tres minutos de desventaja.
Durante los Juegos Paralímpicos, en el Maratón Femenil, la atleta española Elena Congost estaba a punto de cruzar la meta cuando su guía empezó a sufrir calambres.
En un acto de pura humanidad, Elena soltó la cuerda que las unía para evitar que su guía se cayera.
Aunque este gesto de solidaridad y valentía le costó la medalla de bronce, ya que el reglamento prohíbe soltar la cuerda, Elena Congost mostró que hay cosas más importantes que una medalla.
“No me han descalificado por hacer trampa, me han descalificado por ser persona y por un instinto que te sale cuando alguien se está cayendo: ayudarlo, aguantarlo”, dijo con lágrimas en los ojos.
La medalla de bronce fue otorgada a la japonesa Misato Michishita, quien llevaba más de tres minutos de desventaja. Sin duda, la verdadera medalla la ganó Elena Congost con su increíble muestra de humanidad y empatía.
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