Los dulces y postres no son malos; lo que debemos cuidar es comer porciones adecuadas.
El Día de Muertos, que se celebra el 1 y 2 de noviembre, es una tradición en la que honramos la memoria de nuestros seres queridos que ya no están con nosotros.
Se acostumbra colocar ofrendas y altares decorados con flores de cempasúchil, papel picado y comida, como calaveritas de azúcar, pan de muerto, mole o algún platillo favorito de la persona a quien se le dedica.
Esta festividad también implica reuniones familiares o sociales, donde solemos disfrutar platillos como mole, tamales, calabaza en tacha, pan de muerto y dulces.
Pero, ¿la comida es un problema? ¡Para nada! La comida es parte de la dimensión social que toda alimentación saludable debe contemplar. El verdadero "problema" está en los excesos y en no ser conscientes de qué, cómo y cuánto comemos.
Algunos cambios positivos que podemos implementar en nuestra alimentación, tanto para niños como para adultos, son:
Recuerda, los dulces y postres no son malos, lo que debemos cuidar es el no comer porciones adecuadas, no consumir suficientes verduras y frutas, o no disfrutar momentos con la familia o amigos.
Así que, para disfrutar estas fiestas, sé consciente de lo que comes y de cuánto te mueves.
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