Autosuplementarse: vitaminas, proteínas y más, ¿realmente los necesitas?
Aunque los suplementos nutricionales como multivitamínicos, minerales y proteínas son populares para mejorar la salud y el rendimiento, su uso sin supervisión médica puede causar riesgos importantes en la salud.
30 de may. de 2025 •
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Foto: Banco de imágenes
En la actualidad, los suplementos nutricionales, como los multivitamínicos, minerales (como el magnesio), proteína en polvo y otros compuestos, se han vuelto populares entre quienes buscan mejorar su salud, rendimiento físico o apariencia.
Sin embargo, el hecho de que sean de venta libre no significa que sean inocuos. Autosuplementarse, es decir, consumir suplementos sin indicación médica o supervisión profesional, puede traer más riesgos que beneficios.
Suplementos más comunes:
Multivitamínicos
Vitamina D, vitamina C y calcio
Magnesio, hierro y zinc
Omega 3 (aceite de pescado)
Proteínas en polvo (suero, caseína, vegetal)
Creatina
Preentrenos y quemadores de grasa
Aunque pueden tener beneficios específicos, no todos los necesitan, y su mal uso puede ser perjudicial.
¿Qué riesgos tiene autosuplementarse?
Toxicidad por sobredosis: Algunas vitaminas y minerales no se eliminan fácilmente del cuerpo. Las vitaminas liposolubles (A, D, E y K), y minerales como el hierro o el zinc, pueden acumularse y causar daños al hígado, riñones o sistema nervioso. Ejemplo: El exceso de vitamina D puede causar hipercalcemia, con síntomas como náuseas, debilidad muscular y daño renal.
Interacciones con medicamentos: Ciertos suplementos pueden interferir con tratamientos médicos. Por ejemplo, el ginkgo biloba puede aumentar el riesgo de sangrado si se combina con anticoagulantes.
Enmascaramiento de enfermedades: Tomar suplementos puede ocultar síntomas importantes, retrasar un diagnóstico médico o confundir los resultados de un análisis de sangre.
Desbalance nutricional: Consumir mucho de un nutriente puede impedir la absorción de otros. Por ejemplo, demasiado zinc puede afectar el equilibrio del cobre, y un exceso de calcio puede bloquear la absorción de hierro.
Sobrecarga en hígado o riñones: El exceso de suplementos proteicos o de ciertos compuestos puede agravar problemas hepáticos o renales, especialmente en personas con enfermedades crónicas no diagnosticadas.
Falsa sensación de seguridad: Muchos creen que al tomar suplementos no necesitan comer bien. Esto es falso. Los suplementos no reemplazan una alimentación balanceada.
Suplementos no regulados o con etiquetas engañosas
Muchos suplementos no están bien regulados por entidades como la FDA, la COFEPRIS u organismos similares. Esto puede implicar:
Ingredientes mal etiquetados o en dosis incorrectas.
Presencia de sustancias prohibidas o contaminantes.
Falta de pruebas de calidad, eficacia o seguridad. Por ejemplo, algunos “quemadores de grasa naturales” han sido retirados del mercado por contener fármacos no declarados que aumentan el riesgo cardiovascular.
¿Cuándo sí son necesarios los suplementos?
Con evaluación médica o nutricional, pueden ser útiles en casos como:
Deficiencias comprobadas (anemia, vitamina D baja, hipotiroidismo por falta de yodo, etc.).
Embarazo (ácido fólico, hierro, omega 3).
Dietas restrictivas (veganos/vegetarianos con necesidad de B12 o hierro).
Adultos mayores (a veces requieren vitamina B12, D o calcio).
Deportistas de alto rendimiento, bajo control profesional (creatina, proteínas, electrolitos)